La Osteopatía es una terapia natural que estimula mediante manipulaciones los procesos de autocuración del organismo.
La Osteopatía integral considera el cuerpo humano una unidad funcional en la que la estructura y el funcionamiento de todas sus partes se relacionan íntimamente.
Su objetivo es restaurar o mantener el equilibrio de todas las funciones corporales.
LA OSTEPATÍA es un sistema de terapia que ayuda a restablecer la armonía en el mecanismo del cuerpo. Al corregir anormalidades de articulaciones y tejidos, se restablece el bienestar físico y mental, favoreciendo de esta forma el funcionamiento del cuerpo del paciente y el uso de sus propias fuerzas de recuperación. Los principios de la Osteopatía se establecen por un americano, Andrew Taylor Still, hace 120 años. Sin embargo, la palabra “Osteopatía” en sí, no es un nombre apropiado. La natural asociación que se hace del término con la palabra griega “Osteon” (hueso) nos podría llevar a equívocos y entender que sólo se refiere a la estructura ósea.
Sin duda estaríamos en un gran error, ya que en realidad la Osteopatía es una ciencia que estudia el cuerpo como una unidad funcional global, valorando la interdependencia de sistemas y relaciones que forman dicha unidad en sí misma. Su principal objetivo es, por lo tanto, restablecer y mantener la integridad del cuerpo en su conjunto, en primer lugar tomando como punto de partida el tejido conectivo, valorando su superficie de deslizamiento y pérdida de elasticidad. En segundo lugar, relacionando los sistemas de compensación y sus vías reflejas e integrando todas las superficies de deslizamiento a las que la Osteopatía tiene acceso.
Las vías a las que nos referimos son: facetas articulares del aparato músculo-esquelético, peritoneo y pleuras, para la superficie de deslizamiento visceral y meninges para la superficie de deslizamiento sacro craneal.
Asociando estos sistemas se consigue una visión global, valorando al enfermo y no a la enfermedad, partiendo del síntoma y uniendo las diferentes estructuras que forman la maraña fascial y sus repercusiones sobre las cadenas miofasciales, con el fin de unir el rompecabezas corporal, siguiendo un orden de diagnóstico global. Con ello podremos orientarnos sobre los sistemas que selectivamente tenemos que diagnosticar.
En cuanto al tratamiento, se efectúa con un orden de mayor a menor resistencia tanto a nivel miofascial como a nivel articular.
Finalmente se puede establecer que el punto de partida básico de la Osteopatía es el “diagnóstico” de la lesión mecánica, entendiendo como tal la pérdida de elasticidad o de movilidad que tiene un movimiento facilitado y otro restringido, siendo el movimiento facilitado el esquema de la lesión.
Por todo lo dicho anteriormente y a modo de resumen, se puede decir que la Osteopatía es un sistema de terapia natural, basado en la estimulación de los procesos curativos inherentes del cuerpo, favoreciendo el equilibrio de la función corporal, o como decíamos al principio restaurando la armonía del cuerpo.
El osteópata realiza manipulaciones con sus manos facilitando que todos los tejidos del cuerpo conserven o recuperen su movilidad natural.
Trabaja a tres niveles:
La Osteopatía (según María landa) es una ciencia de la salud con gran prestigio y reconocimiento en Europa y en Estados Unidos, donde ir al Osteópata es tan común como ir al dentista o al ginecólogo. Sin embargo en España está aún en sus albores, por que todavía no está reconocida como una profesión independiente.
La clave de esta terapia manual es que no es agresiva, que no se limita a tratar la lesión, sino que busca su origen y va más allá de los síntomas antes de tratarlos.
Habitualmente, estamos acostumbrados a que cuando nos duele algo buscamos ayuda en los fármacos porque tenemos la experiencia de que una pastilla nos calma el dolor de cabeza. Pero lo dejamos ahí. En nuestra vida tenemos tantas cosas que hacer que cuando nuestro cuerpo nos intenta hablar no le escuchamos.
¿Cómo nos habla el cuerpo?
Pues con algo tan sencillo y tan sofisticado como son los síntomas.
¿Y qué son los síntomas?
En los coches modernos cuando tienen problemas de aceite se enciende una lucecita en el cuadro de mandos, cuando se nos acaba la gasolina se enciende la reserva y vamos a la gasolinera para poder continuar el viaje.
Bueno, pues en nuestro cuerpo ocurre lo mismo; cuando tenemos hambre el estómago se queja, cuando tenemos “pipí” la vejiga nos avisa de que no se aguanta más…Y hasta ahí son síntomas que entendemos y controlamos.
Bien, ahora lo vamos a complicar un poquito. Vivir significa amar, trabajar, comer comprar… hacer lo que nos gusta y lo que no nos conviene, y ahí es cuando empieza nuestro cuerpo a quejarse. Se queja cuando la alimentación se pasa de azúcares y grasas, cuando nos aceleramos con eso que llaman estrés y pretendemos en un día hacer lo de una semana, cuando parece que nos falta algo si no tomamos café, tabaco, alcohol…etc.
Todas estas acciones que realizamos como algo normal se van sumando a la compensación que nuestro cuerpo tiene que hacer contra la gravedad (9,8 newtons) que tira constantemente de nosotros hacia el suelo. Estamos tan acostumbrados que no nos damos cuenta de que existe (solo cuando algo se cae al suelo y tenemos que recogerlo).
Cuando todo se suma produce una sobrecarga, ejemplo: en un día de lluvia nos quedamos sin luz, y entonces no funciona la televisión, ni la lavadora, ni el ordenador. En nuestro cuerpo, cuando nos diagnostican una tendinitis en el hombro que nos duele y encima nos impide moverlo, la Osteopatía puede descubrir que el origen puede estar en una mala alineación dental o en una disfunción digestiva. En otra persona con dolor en un codo, el origen puede que esté en las cervicales o en las vísceras, que le duela el hombro por un problema de hígado.
Una de las características de la Osteopatía es que es holística, es decir, trata al cuerpo como un todo.
La Osteopatía examina a la persona en su conjunto y busca la causa del trastorno o de la disfunción a través de una aproximación global y no solo del síntoma. Se tiene en cuenta que cada pérdida de movilidad de las articulaciones, de los músculos, ligamentos o vísceras puede alterar la armonía, el equilibrio y el buen funcionamiento del cuerpo.
El Osteópata intentará averiguar la causa del dolor, después podrá o no tratar el síntoma, pero ante todo busca la estructura que provoca el dolor.
En muchos casos la Osteopatía consigue retrasar y a menudo evitar la intervención quirúrgica. “Cuando hay hernias discales, cervicales y lumbares, o en problemas de rodilla, se suele conseguir desplazar la propuesta quirúrgica. Aunque no hay que descartarla para los casos más extremos. De todas formas en muchos países de Europa es habitual que los médicos propongan la Osteopatía antes de la cirugía”.
La Osteopatía trata a la persona y su adaptación al medio, no a las enfermedades que son el resultado del mal funcionamiento del cuerpo.
Las manipulaciones del osteópata producen cambios mecánicos con repercusiones a nivel funcional. Originan una cascada de reacciones que mejoran la circulación sanguínea, la respiración, la digestión, la excreción, los procesos hormonales y neuroquímicos, el sistema inmunológico, etc.
Se ponen en marcha los procesos de autoreparación inherentes al organismo, capaces de lograr grandes cambios en el estado de salud, ayudando a restablecer la armonía y bienestar de la persona.
Puede tratarse con Osteopatía cualquier persona, sin límite de edad (incluyendo recién nacidos); cualquier zona del cuerpo; en cualquier etapa de la vida (incluyendo embarazo).
La osteopatía es una terapia natural complementaria de los tratamientos médicos convencionales y puede recurrirse a ella cuando existe un problema agudo, crónico o también de manera preventiva.
• Reduce los tiempos de recuperación de lesiones.
• Elimina o reduce la intensidad del dolor crónico que no responde a otros tratamientos.
• Aumenta la movilidad de articulaciones con restricción de movimiento.
• Ayuda a resolver trastornos psicosomáticos y conflictos emocionales por medio de la liberación somatoemocional.
• Evita o retrasa algunas intervenciones quirúrgicas.
• Reduce la necesidad de fármacos para el dolor.
• Mejora la evolución de muchas enfermedades crónicas.
• Con frecuencia, el motivo de consulta se resuelve en pocas sesiones, y la mejoría se aprecia desde el primer día de tratamiento.
La Osteopatía (según María landa) es una ciencia de la salud con gran prestigio y reconocimiento en Europa y en Estados Unidos, donde ir al Osteópata es tan común como ir al dentista o al ginecólogo. Sin embargo en España está aún en sus albores, por que todavía no está reconocida como una profesión independiente.
La clave de esta terapia manual es que no es agresiva, que no se limita a tratar la lesión, sino que busca su origen y va más allá de los síntomas antes de tratarlos.
Habitualmente, estamos acostumbrados a que cuando nos duele algo buscamos ayuda en los fármacos porque tenemos la experiencia de que una pastilla nos calma el dolor de cabeza. Pero lo dejamos ahí. En nuestra vida tenemos tantas cosas que hacer que cuando nuestro cuerpo nos intenta hablar no le escuchamos.
¿Y cómo nos intenta hablar?
Pues con algo tan sencillo y tan sofisticado como son los síntomas.
¿Y qué son los síntomas?
En los coches modernos cuando tienen problemas de aceite se enciende una lucecita en el cuadro de mandos, cuando se nos acaba la gasolina se enciende la reserva y vamos a la gasolinera para poder continuar el viaje.
Bueno, pues en nuestro cuerpo ocurre lo mismo; cuando tenemos hambre el estómago se queja, cuando tenemos “pipí” la vejiga nos avisa de que no se aguanta más…Y hasta ahí son síntomas que entendemos y controlamos.
Bien, ahora lo vamos a complicar un poquito. Vivir significa amar, trabajar, comer comprar… hacer lo que nos gusta y lo que no nos conviene, y ahí es cuando empieza nuestro cuerpo a quejarse. Se queja cuando la alimentación se pasa de azúcares y grasas, cuando nos aceleramos con eso que llaman estrés y pretendemos en un día hacer lo de una semana, cuando parece que nos falta algo si no tomamos café, tabaco, alcohol…etc.
Todas estas acciones que realizamos como algo normal se van sumando a la compensación que nuestro cuerpo tiene que hacer contra la gravedad (9,8 newtons) que tira constantemente de nosotros hacia el suelo. Estamos tan acostumbrados que no nos damos cuenta de que existe (solo cuando algo se cae al suelo y tenemos que recogerlo).
Cuando todo se suma produce una sobrecarga, ejemplo: en un día de lluvia nos quedamos sin luz, y entonces no funciona la televisión, ni la lavadora, ni el ordenador. En nuestro cuerpo, cuando nos diagnostican una tendinitis en el hombro que nos duele y encima nos impide moverlo, la Osteopatía puede descubrir que el origen puede estar en una mala alineación dental o en una disfunción digestiva. En otra persona con dolor en un codo, el origen puede que esté en las cervicales o en las vísceras, que le duela el hombro por un problema de hígado.
Una de las características de la Osteopatía es que es holística, es decir, trata al cuerpo como un todo.
La Osteopatía examina a la persona en su conjunto y busca la causa del trastorno o de la disfunción a través de una aproximación global y no solo del síntoma. Se tiene en cuenta que cada pérdida de movilidad de las articulaciones, de los músculos, ligamentos o vísceras puede alterar la armonía, el equilibrio y el buen funcionamiento del cuerpo.
El Osteópata intentará averiguar la causa del dolor, después podrá o no tratar el síntoma, pero ante todo busca la estructura que provoca el dolor.
En muchos casos la Osteopatía consigue retrasar y a menudo evitar la intervención quirúrgica. “Cuando hay hernias discales, cervicales y lumbares, o en problemas de rodilla, se suele conseguir desplazar la propuesta quirúrgica. Aunque no hay que descartarla para los casos más extremos. De todas formas en muchos países de Europa es habitual que los médicos propongan la Osteopatía antes de la cirugía”.
La Osteopatía trata a la persona y su adaptación al medio, no a las enfermedades que son el resultado del mal funcionamiento del cuerpo.